domingo, 22 de febrero de 2009

Vulcano

Posted by Diógenes Armando Pino Ávila 6:30, under | No comments




Por: Diógenes Armando Pino Avila


El carbón, fuego dormido.
En una siesta de milenios, en las entrañas de la tierra
Descansa sofocado de su incandescencia cuasi-eterna.

El hombre, demonio devorador de fuego
Hiere la madre tierra, hurgándole las viseras
Para desenterrarlo.

Las monstruosas maquinas
Rugen con sadismo al satisfacer su gula
y con maldad laceran sin piedad la piel verde de la tierra,
y con sus garras de acero violan la virginidad de la montaña.

El himen desflorado
Ofrece tímida resistencia,
que es apabullada por el ensordecedor trueno de la dinamita
Que resquebraja y expone a la vista lasciva del minero
El negro pubis de la tierra.

El carbón aletargado en su sopor
Despierta sobresaltado por el sacudón brutal del explosivo
Entrando en cólera demencial y vengativa,
Se comvulsiona y con enojo expulsa
Bloques…
..................Grandes…
..............................Medianos…
...........................................Pequeños…
........................................................Pequeñísimos…
Partículas granuladas que van a todos lados
Arrastradas con el viento.

Venganza.
Siniestra venganza
que atraviesa y corroe el pulmón del minero.
Macabra venganza
que debilita la honestidad del gobernante.
Gozosa venganza
Que engruesa la chequera de la multinacional.


La Jagua de Ibiríco, diciembre 20 de 2007

sábado, 21 de febrero de 2009

Envejeceremos juntos

Posted by Diógenes Armando Pino Ávila 12:53, under | No comments



Por:Diógenes Armando Pino Avila





¡Envejeceremos juntos!—te dije un día—
Bajo la sombra fresca de aquel árbol gigante,
Y tu risa sonó alegre como cascabel de plata
Confundiéndose con el trinar melódico
De aquellos cantarinos pájaros
que se arrullaban entre la fronda.

¡Envejeceremos juntos!—volví a decirte—
Ciñendo con mi brazo tu cimbreante talle,
Mientras la fresca brisa tu rostro acariciaba
y el susurro de olas cómplices sobre la playa
ocultaban al oído ajeno mi singular promesa.

¡Envejeceremos juntos!—de nuevo te dije—
Muy bajito y cerca a tu oído
En aquella iglesia llena de historias,
Frente al altar mayor, vestidos de novios
Con notas de arpegio y cantos de monjas.

¡Envejeceremos juntos!—después te dije—
Cuando diste a luz a nuestro primer retoño
Repitiéndolo al nacer nuestros otros hijos
Y como siempre, me acariciabas el rostro
Y te sonreías, con esa sonrisa que me enloquece.

Hoy, treinta y tres años después,
Cuando siento que la vida
se me escurre por la grieta de los días
Y que el tiempo no me alcanza
Para darte el amor que no te he dado
Y regalarte los besos que me faltan

Reúno el aliento que me queda
Para gritar a pulmón lleno y a cuatro vientos,
Mujer de mi juventud,
Mujer de mi madurez
Mujer de mi vejez
Te he cumplido
¡Estamos envejeciendo juntos!

San Miguel de Las Palmas de Tamalameque Diciembre 20 de 2008

viernes, 6 de febrero de 2009

Yisela

Posted by Diógenes Armando Pino Ávila 12:27, under | No comments


Por: Diógenes Armando Pino Avila


Tengo que amordazar el silencio
para que su grito sordo
no te llegue.

Tengo que alegrar la tristeza
para que su infeliz dolor
no te circunde.

Tengo que alumbrar la noche
para que el manto de sus tinieblas
no te cubran.

Tengo y tengo reina mía,
que vivir muriendo
para abortar la muerte
en un parto de vida.

San Miguel de las Palmas de Tamalameque

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ateo

Posted by Diógenes Armando Pino Ávila 17:09, under | No comments

Autor: Diógenes Armando Pino Avila

Oh Dios!
Tanto tiempo desperdiciado
negando lo innegable,
tanto tiempo perdido
huyéndole a tu gracia y bendiciones,
media vida viciada
con blasfemas y negaciones.

Pero para ti
que eres bondad infinita
no importa, pues me haz regalado
otra media vida para honrarte
y un nuevo tiempo para bendecirte.

San Miguel de las Palmas de Tamalameque 2009